Conan: La Saga

Sabed, oh príncipe, que en los años que siguieron al hundimiento de Atlantis en las profundas aguas del océano, hasta el apogeo de los Hijos de Aryas, hubo una era inconcebible en la que los rutilantes y poderosos reinos se extendían por el mundo como mantos azules bajo las estrellas. Aquí llegó Conan el Cimmerio, de cabellos negros y mirada hosca, con la espada en la mano - ladrón, vagabundo, asesino implacable, con una melancolía abismal y una exultante alegría - para pisotear los enjoyados tronos de la Tierra con sus toscas sandalias


Bárbaro. Ladrón. Pirata. Bandido. Mercenario. Rey. Conan. Sin duda alguna, nos hallamos ante uno de los iconos más conocidos del género fantástico, en su vertiente de "espada y brujería". Gran parte de su popularidad, como es habitual en la cultura de la imagen en que vivimos, se debe a su paso por las pantallas de cine.

Aunque el propósito de este texto es hablar de Conan como personaje cinematográfico, es imprescindible mencionar sus orígenes. Conan fue creado en los años 30 por R.E. Howard, como protagonista de los relatos pulp que publicaban revistas como Weird Tales. En su corta vida, Howard hizo a Conan protagonista de alrededor de una veintena de relatos (incluyendo la novela The Hour of the Dragon).

Sin embargo, la popularidad del personaje le llegaría en los años 70, cuando la Marvel decidió convertirlo en personaje de comic. Como protagonista de la serie regular Conan el Bárbaro y de La Espada Salvaje de Conan (más adulta y episódica, a similitud de las historias originales) el Cimmerio se haría más famoso gracias a Roy Thomas, Barry Windsor-Smith y a John Buscema, que a su propio creador. De hecho, mucha gente piensa que Conan es un personaje de comic, sin conocer su verdadero origen literario.

Conan el Bárbaro (1982)
Pero siempre, y por encima de todo, estaba la disciplina del acero

El proyecto de llevar a Conan al cine llevaba en marcha desde 1977. Aunque la identidad de su protagonista, Arnold Schwarzenegger, parecía indiscutible, no sucedió lo mismo con otros nombres asociados al proyecto. Así, un primer borrador del guión fue realizado por Roy Thomas (guionista de los comics), aunque posteriormente sería abandonado a favor de un texto escrito por Oliver Stone. Igualmente, aunque para dirigir la película se barajaron nombres como los de Ridley Scott y Alan Parker, finalmente el elegido sería John Milius, director que había colaborado como guionista en títulos como Apocalypse Now o Harry el Sucio. Milius reescribió el guión de Stone, eliminando multitud de elementos fantásticos y enfocando la historia hacia la acción y un mayor realismo. Su dirección es sobria y clásica, sin sofisticaciones, declarándose influido por directores como Ford y Kurosawa.

El trío protagonista estaba formado por actores no profesionales. Al culturista Schwarzenegger como Conan se le unieron una bailarina (Sandahl Bergman) como Valeria y un surfista (Gerry Lopez) como Subotai. De estos tres, el único que acabaría haciendo carrera en el mundo del cine, sería el austriaco, que saltó a la fama con esta película. La actuación de los tres es decente, teniendo en cuenta sus limitaciones e inexperiencia. A su favor hay que añadir el intenso entrenamiento físico al que se sometieron, que les permitió realizar casi todas sus escenas peligrosas sin recurrir al trabajo de dobles (sufriendo heridas y accidentes). Como curiosidad, Sandahl Bergman ganaría por este trabajo el Globo de Oro a la Mejor Actriz Debutante. Para el villano, Thulsa Doom, se eligió a un rostro (y una voz) más conocido: James Earl Jones, que ofrece sin duda la mejor actuación de toda la película.

Mención especial merece el diseño de producción, a cargo de Ron Cobb (que había trabajado en Alien y en Star Wars), y del que habría que destacar el impresionante templo de Thulsa Doom. El rodaje se realizó en España, después de abandonar Yugoslavia por miedo a su inestabilidad política (aunque durante el rodaje en España se produciría el golpe de estado del 23–F). Eso permite ver, además de varios paisajes conocidos, a rostros como el de Nadiuska (como la madre de Conan) y el de Jorge Sanz (haciendo de Conan niño).

Los efectos especiales también son notables, llamando especialmente la atención la serpiente gigante mecánica y la metamorfosis de Thulsa Doom: no hay que olvidar que estamos hablando de efectos puramente físicos, anteriores a los efectos visuales realizados por ordenador.

La banda sonora de Basil Poledouris es el otro gran protagonista de la película. Probablemente sea el mejor trabajo del compositor, de corte épico con influencias wagnerianas y del Carmina Burana (temas que Milius quería usar, pero a los que renunció debido a que los empleó Excalibur), pero también con algunos hermosos temas más intimistas. Esta es una película con pocos diálogos, por lo que en muchas escenas es la música la que lleva la mayor parte del peso narrativo junto a la parte puramente visual. Por ejemplo, al inicio, tras las palabras del narrador y del padre de Conan, la película nos muestra un largo asalto en el que prácticamente sólo se oye la música.

A pesar de todo esto, las críticas a la película no fueron precisamente buenas. Además de pertenecer a un género considerado menor, su excesiva violencia fue muy criticada. Sin embargo, la respuesta del público fue positiva, y no tardaría en rodarse la continuación. Desde un principio los productores querían hacer más de una película, así como sus guionistas. Oliver Stone pensaba en una franquicia a lo James Bond, con unas 12 películas. John Milius era más modesto y se conformaba con hacer una trilogía, en la que la primera película trataría de la fuerza, la segunda de la responsabilidad, y la tercera de la tradición y la lealtad. En todo caso, el epílogo de la película deja bien clara la posibilidad de realizar las secuelas.

Como adaptación, la película es cuanto menos discutible, para disgusto de los aficionados más puristas y radicales. La historia se toma ciertas libertades con el personaje (como cambiar bastante sus orígenes) y, desde luego, no adapta ninguna historia conocida de Howard. Sin embargo, se muestran diversas situaciones sacadas de las historias originales de Conan, como la crucifixión de Conan, o la vuelta de Valeria para salvar a Conan (aunque era Bêlit en el Conan de Howard). Otros elementos, aunque no proceden de historias de Conan, sí que vienen de las obras de Howard, como el nombre de Thulsa Doom (brujo de las historias de Kull), o el encuentro con la bruja (que recuerda a uno protagonizado por el picto Bran Mak Morn). En general, y a pesar de todo, el carácter del personaje está respetado, y la Era Hiboria está correctamente representada.

John Milius hizo con Conan algo más que una simple película de acción y aventuras, algo más que la historia de la venganza de un joven hacia los que le convirtieron en un esclavo. Muy preocupado por dotar de simbolismo a la película, hay toda una historia que nos cuenta el viaje iniciático de Conan. Milius (al que muchas veces se ha acusado de mantener posturas políticas cercanas al fascismo) refleja en la película su particular ideología extremadamente individualista (él mismo se define como "anarquista zen").

La película se inicia con una cita de Nietzsche: Lo que no te mata, te hace más fuerte, y le siguen unos títulos de crédito en los que se nos muestra la forja de una espada: la mística de la espada va a estar muy presente a lo largo de toda la historia. Cuando es un niño, su padre le habla a Conan del enigma del acero, un enigma que debe resolver si quiere estar preparado cuando llegue la hora de comparecer ante su dios Crom, un dios duro y que no escucha a los hombres. Su padre explica a Conan que en lo único en que puede confiar es en su propia espada.

Después de recibir estos individualistas consejos, Conan será esclavizado y sometido a un brutal proceso de selección natural y de supervivencia del más fuerte. Tras pasar años encadenado a la Rueda del Dolor y de ser el único superviviente en este simbólico artilugio, es adiestrado como gladiador y obligado a enfrentarse a muerte con otros luchadores tan salvajes como él. No es de extrañar así que las primeras palabras que escuchemos pronunciar a Conan sean su definición de lo mejor en la vida: Aplastar a tus enemigos, verlos huir ante ti, y oír los lamentos de sus mujeres

Tras liberarse de la esclavitud, Conan corta (literalmente) sus cadenas con una espada de la que se apodera en la tumba de lo que parece un rey de la antigüedad. De nuevo aparece la mística de la espada: sólo con una espada (y de un rey, lo que es premonitorio teniendo en cuenta el destino del bárbaro) Conan se libera totalmente de la esclavitud y empieza a vivir como un hombre libre. En realidad, Conan aún no es realmente libre, pues está dominado por su ansia de vengarse de Thulsa Doom. En su búsqueda, Conan entra en contacto con la civilización (presentada como algo decadente) y con sus semejantes, incluyendo el conocer el amor con Valeria, una ladrona. Esta visión de la barbarie como algo superior a la civilización es uno de los temas sacados directamente de la obra de Howard. Thulsa Doom ahora se ha convertido en el líder de una peligrosa secta de adoradores de serpientes. Este tipo de organizaciones (sectas y, por extensión, religiones organizadas) tampoco salen muy bien paradas en la visión de Milius.

Finalmente, Conan es capturado por Thulsa Doom, que le revela la respuesta al enigma del acero: el acero no es lo más fuerte, la carne es más fuerte aún. El acero no es nada sin la mano que lo empuña: la espada sólo es una herramienta y depende del que la empuña el uso que se haga de ella. Si la espada representa la libertad, la mano es la responsabilidad.

Conan está a punto de morir a manos de los hombres de Thulsa Doom, simbolizando con su posterior renacer el cambio que se produce en él después de conocer la respuesta al enigma planteado en la infancia por su padre, la respuesta que le permitirá presentarse ante Crom. Pero Conan aún tiene que librarse de algunas ataduras más.

Primero destruye de un fuerte golpe la espada de su padre (la que vimos forjar al inicio), empuñada por uno de sus enemigos, reafirmando la liberación respecto al enigma planteado por su padre. Después, con esa misma espada rota, decapita a Thulsa Doom, su otro “padre”. El brujo le hace ver que sin él la vida para Conan no tendrá propósito: él le ha dado una motivación para vivir a través de su deseo de venganza. Conan duda un momento, pero el ansia de libertad le ayuda a liberarse de la hipnótica mirada del hechicero y acabar con él. Conan así también libera a los seguidores de Doom, aunque podemos ver que también rechaza la adoración de estos (representados por la princesa): no quiere más ataduras de ningún tipo.

Conan ya es total y realmente libre, ni búsquedas teológicas ni necesidad de venganza le atan ni le obligan a nada: su libertad ahora está matizada por la responsabilidad. Como anunciaba la cita de Nietzsche, Conan ha sobrevivido a todo tipo de vicisitudes y ha salido de todas ellas libre, más fuerte. Como la espada que vimos forjar, Conan ha sido templado por el fuego.

Conan el Destructor (1984)
Si quieres aprender a luchar, hazlo con un arma verdadera

Para esta secuela se contrató a un director veterano y con oficio: Richard Fleischer (Los Vikingos). Por supuesto, repitió Schwarzenegger en el papel protagonista, y el resto del reparto se completó con rostros procedentes de la televisión y, de nuevo, con no profesionales. Entre estos últimos se encontraban la ¿modelo? y ¿cantante? Grace Jones y la leyenda de la NBA Wilt Chamberlain. En general, el reparto lo hizo bastante peor que los también amateurs de la primera parte. Aunque no sean unos premios como para tomarse muy en serio, hay que señalar que la actriz Olivia d’Abo (que interpreta a la Princesa Jehnna) se llevó el premio Razzie a la Peor Actriz Debutante.

La historia se encargó inicialmente a Roy Thomas y Gerry Conway (que habían trabajado con Conan en su versión de comic). Sin embargo, quedaron tan descontentos con los cambios realizados y con los resultados, que acabaron publicando su propia versión en forma de novela gráfica (cambiando algunos elementos para alejarse de la película).

En el puesto de compositor de la banda sonora repitió Poledouris, realizando un trabajo de calidad algo inferior al de la primera película . La banda sonora tiene la continuidad lógica con su anterior trabajo, aunque a veces la reutilización de temas es excesiva (como sucede al emplear el tema de La Orgía cerca del climax final de esta película). Además, se trata de un trabajo más ligero y “aventurero”, y menos épico, en consonancia con la película. Por otra parte, la banda sonora está peor integrada en la película, con la música entrando y saliendo sin criterio aparente.

El apartado de decorados, vestuarios, maquillaje y efectos especiales tiene una orientación más fantástica en esta película, y precisamente por ello resulta menos creíble. A veces los escenarios son demasiado irreales, el uso del cartón piedra es más que evidente y los efectos especiales son de segunda fila. Por ejemplo, el castillo de Thoth-Amon resulta demasiado irreal, y es una pena porque en su interior se desarrolla una escena que parecería sacada de una historia de Howard. Sin embargo, algunas torpezas en su desarrollo (y la baja calidad del maquillaje), hacen que la lucha en la sala de los espejos se quede en un pálido intento de acercarse al Conan original. Lo único que destaca un poco (y porque el nivel no es muy alto) es el dios Dagoth, diseñado por Carlo Rambaldi (Dune).

Al contrario que en la primera parte, la película no tiene simbolismo ni "mensaje" alguno, sino que se ha optado por crear una simple aventura de espada y brujería. Por supuesto, esto no tiene nada de malo: lo malo es que es una aventura tremendamente aburrida y lineal. La sensación que se tiene es que el director y el equipo se limitaron a hacer su trabajo y cubrir el expediente. Sin duda, Fleischer no estaba en su mejor momento, y como película de aventuras protagonizada por bárbaros es mucho más recomendable la ya mencionada Los Vikingos.

La trama vuelve a recuperar algunos elementos de diversas historias, pero sólo en apariencia. Así, por ejemplo, aparece Thoth-Amon (uno de los principales enemigos de Conan en comics y relatos), pero sólo en nombre, ya que el resto del personaje no se parece en nada. En general, la historia parece sacada de un comic malo y previsible: Conan y un amigo ladrón son engañados por una malvada reina para acompañar a una inocente princesa a encontrar unas reliquias que (sin que ellos lo sepan, aunque sí el espectador) se usarán para resucitar a un maligno dios. Por el camino, se encuentran a algunos aliados, se enfrentan a varios enemigos y, al final, derrotan al dios malvado y ponen en el trono a la princesa. Además, el personaje de Conan está bastante desdibujado, y se nos muestra rezando a Crom (nada que ver con la “plegaria” de la primera película) y temeroso de la brujería.

Los combates son menos sangrientos y violentos que en la primera parte, y Conan se dedica más a hacer exhibiciones de fuerza y molinetes con la espada que a dar tajos con ella. Esta es una película para todos los públicos, y además de la reducción de la violencia, se introduce el supuesto alivio cómico en forma de compañero de Conan (que, por incoherencias de guión, sabe cosas que sólo el Subotai de la primera película podría conocer). En general, los intentos de humor son bastante lamentables y poco apropiados, resultando especialmente patéticos los momentos con Conan borracho.

Con estos resultados, y a pesar de que la película se vuelve a cerrar con la promesa de más películas con las aventuras del bárbaro, estas no llegarían. Y, para haber seguido por este camino, es mejor que no se hayan realizado.

El Guerrero Rojo (1985)
No necesito ayuda de ningún hombre

Esta es una película que, técnicamente hablando, no es de Conan, pero que resulta inevitable no tratar al hablar del personaje en el cine. La aparición de Schwarzenegger en un papel que (excepto porque se llama Kalidor) es Conan, y el mayor protagonismo del actor en los carteles y los títulos de crédito de la película dan la impresión de que los productores quieren hacernos creer que nos hallamos antre otro Conan. De hecho, parece que los distribuidores españoles optaron por titular la película en función de este personaje, traduciendo el título original Red Sonja como El Guerrero Rojo (ya que Kalidor viste de este color). Al parecer, contractualmente Schwarzenegger tenía que hacer una tercera película de Conan, pero el actor (cada vez más popular) no debía estar muy interesado tras el fiasco de la anterior película, así que llegó a un acuerdo con los productores para hacer esta.

La protagonista es Red Sonja, una versión femenina de Conan creada para los comics de la Marvel, y que no tiene nada que ver con los relatos de Howard, a excepción del nombre (sacado de un relato histórico de aventuras ambientado en el siglo XVI).

Para protagonizar la película se escogió a la modelo de origen sueco Brigitte Nielsen, que aunque físicamente puede dar el pego, no está a la altura como actriz. Inicialmente el papel fue ofrecido a Sandahl Bergman, pero esta lo rechazó para no encasillarse. Sin duda, hubiera sido curioso ver una película en la que Schwarzenegger hiciera de Conan y en la que Red Sonja hubiera sido una pelirroja que se parecía mucho a Valeria, su primer amor. Bergman sí aceptó el papel de la reina malvada que quiere ¿destruir el mundo? ¿dominarlo? (el guión no lo deja muy claro), y se dedica a sobreactuar y gesticular exageradamente durante todas sus apariciones. También hay que mencionar (negativamente) al insoportable niño/príncipe/karateka interpretado por Ernie Reyes Jr, y cuyo personaje además aporta a la película todos los defectos de la típica película con niño que madura a lo largo de la historia. Por si fuera poco, él y su esclavo son el alivio cómico sin gracia.

La dirección se encomendó de nuevo a Richard Fleischer, que en ocasiones hace un trabajo más arriesgado que en Conan el Destructor, como con algún plano cenital o el plano semi-subjetivo de un combate a espada con el que se nos presenta a Sonja. Sin embargo, el resultado general es igual de desganado que con la anterior película. La banda sonora se encargó a Ennio Morricone, que hace un trabajo digno (si bien no especialmente memorable), con una correcta partitura de película de aventuras.

En general, parece que los medios técnicos son mejores que en Conan el Destructor, a pesar del menor presupuesto. Los escenarios y los efectos especiales (con algunas excepciones) están más logrados, aún quedando lejos del nivel de Conan el Bárbaro. Los vestuarios, de inspiración oriental, quizá resulten aún demasiado exagerados y poco creíbles (e incluso se puede intuir en la túnica que lleva la hermana de Sonja un "homenaje" al absurdo bikini de mallas que llevaba Sonja en los comics). Los combates resultan un poco más logrados y sangrientos, y también más acrobáticos dadas las características del personaje de Sonja.

El prólogo de la historia da la sensación de ser una introducción totalmente genérica, con la intención de poder reutilizarse si se hicieran más películas del personaje. En el se nos explica que, cuando Sonja rechazó las insinuaciones de la reina Gedren, está acabó con su familia y su hogar. Sonja escuchó una voz que le dio fuerzas para continuar, e hizo el voto de entregarse sólo al hombre que la derrotara en combate (En los comics, se trata de una diosa que le obliga a cumplir esté voto si quiere mantener su fuerza y habilidad).

Tras esta introducción, entramos en la débil trama de la película: la reina Gedren se ha hecho con un maligno talismán y Sonja debe detenerla. Durante el camino, a Sonja se le unen Kalidor y otros personajes, combaten un poco, y finalmente (como era de esperar) salvan al mundo.

En general, la película repite la mayor parte de los defectos de Conan el Destructor, siendo ambas de una calidad similarmente baja. Lo que puede ganar en calidad ésta por algunos elementos más logrados, lo pierde al estar protagonizada por una imitación femenina de Conan, menos interesante y carismática. Además, cualquier intento de reivindicación feminista (por leve que pudiera ser) se queda en nada cuando es el personaje de Kalidor el que acaba solucionando la mayor parte de las situaciones, y teniendo en cuenta que finalmente Sonja se entrega a él sin cumplir con su voto.

El Legado de Conan

Los años 80 fueron especialmente buenos para el cine fantástico (al menos en cantidad, si no en calidad), con películas como Cristal Oscuro (1982), Legend(1985), Lady Halcón (1985) más las ya mencionadas… El éxito de las películas de Conan, propició el rodaje de montones de imitaciones, generalmente con escaso presupuesto, peores guiones, y con el objetivo de subirse rápidamente al carro del éxito de las películas de bárbaros. En su mayor parte, todas estas películas acababan en las estanterías de los video-clubs, con sus carátulas con héroes musculosos de exóticos nombres y compañeras escasas de ropa. Como títulos más destacables, podría nombrarse a la entretenida El Señor de las Bestias (1982) o a italianadas como la saga de Ator el Poderoso (1982) o Los Bárbaros (1987). También es curioso el fenómeno de Masters del Universo (1987), película basada en las figuras de Mattel, que a su vez crearon esa línea de juguetes para dar salida a las figuras que tenían preparadas para Conan el Bárbaro y que no sacaron al mercado al no considerar la película un producto adecuado para niños.

En general, se trata de películas extremadamente "casposas" y de escaso valor cinematográfico, que hoy en día sólo pueden verse con cierta mezcla de nostalgia e interés histórico/antropológico.

El Otro Conan

A principios de los 90, Conan fue convertido en personaje de dibujos animados orientados al público infantil, en dos series distintas: Conan the Adventurer (1992-1993; 64 episodios de 30 minutos) y su continuación Conan and the Young Warriors (1994; 13 episodios de 30 minutos). En la primera, Conan busca devolver a la vida a sus padres, luchando con el hechicero Wrath-Amon y sus hombres serpiente, y acompañado por varios amigos (y un fénix). En la segunda, Conan actúa como mentor de unos niños que tienen amuletos mágicos (y, al parecer, aparece bastante menos). Estas series muestran un Conan totalmente infantilizado, honesto y amable, muy lejos del verdadero personaje.

En 1997, siguiendo la estela del éxito de Xena, se realiza una serie de imagen real llamada también Conan the Adventurer. La serie sólo duraría una temporada de 22 episodios de una hora. Al parecer, de nuevo se nos muestra un Conan “suavizado” y bastante cambiado (tanto del personaje literario como del cinematográfico). El protagonista fue Ralf Moeller, más conocido por ser el amigo germano de Russell Crowe en Gladiator.

También habría que mencionar el largometraje Kull el Conquistador, que adapta a otro personaje de Howard (y que también había sido adaptado al comic). Al parecer, al principio la película iba a ser Conan el Conquistador, pero se cambió el guión al no poder contar con Schwarzenegger y pasar a ser protagonizada por Kevin Sorbo (Hércules). De hecho, la malvada hechicera de turno es Akivasha, encarnada por Tia Carrere(Mentiras Arriesgadas), nombre sacado de la novela de Conan The Hour of the Dragon. La película resulta bastante aburrida y poco recomendable, y en todo momento se tiene más la sensación de estar viendo un episodio de la serie Hércules (y no sólo por el protagonista, sino por los medios y la calidad) que de una película dedicada al personaje de Howard. Todo ello amenizado por una inapropiada banda sonora a base de guitarras eléctricas.

El Futuro de Conan

Hoy por hoy, el único proyecto claro respecto a Conan es el del largometraje animado Conan: Red Nails (Conan: Clavos Rojos). Se trata de una producción animada de salida directa en DVD, basada en el último relato escrito por R.E. Howard (y considerado uno de sus mejores). El reparto de voces es interesante, con Ron Perlman (Hellboy) como Conan y otros nombres conocidos como los de Clancy Brown (Los Inmortales) y Mark Hamill (Star Wars). Sólo hay que esperar que se mantengan los elementos más "adultos" de la historia (que incluye torturas e insinuaciones lésbicas) y el resultado sea digno de sus orígenes.

Menos claro está el futuro de los persistentes rumores que se oyen desde hace unos años respecto a una nueva película de Conan. Las primeras noticias apuntaban a que el proyecto estaría de nuevo a las órdenes de Milius, que ya tenía un guión, y que se pretendía que tratara los años de Conan como rey de Aquilonia (para así poder contar con un Schwarzenegger ya mayor) y de su hijo. También se mencionaba el interés de los hermanos Wachowski por producir e incluso se daban títulos del estilo de King Conan: Crown of Iron.

Después se empezó a hablar de que Milius ya no estaba al frente del proyecto, de que Schwarzenegger no estaba interesado, y de que se le iba a sustituir por un luchador de wrestling. También se ha hablado recientemente de Robert Rodriguez como director, aunque este parece muy ocupado con las secuelas de Sin City y un proyecto junto a Tarantino (por no hablar de sus problemas con el Gremio de Directores Americanos…). Por otra parte, por su tipo de cine no parece un director muy adecuado para este proyecto, aunque siempre puede sorprendernos.

En cualquier caso, dado el renovado interés por el género fantástico que ha proporcionado el éxito de títulos como la trilogía de El Señor de los Anillos, no es descartable que en poco tiempo veamos en el cine una nueva entrega de las aventuras de Conan. Lo que ya parece más difícil es que el proyecto esté a la altura de las circunstancias. Es muy improbable que el estudio permita hoy en día una película tan violenta y sangrienta, tan políticamente incorrecta, como debería ser una historia de Conan, como lo fue Conan el Bárbaro. Para ser rentable para los productores, la próxima película de Conan deberá ser para todos los públicos, y con el férreo sístema de calificaciones estadounidense eso marca muchas limitaciones. En el mejor de los casos, luego saldría la versión "unrated" en DVD, pero ya no sería lo mismo. Por otra parte, el peso de no contar con la carismática presencia de Schwarzenegger es otro punto en contra, y es que el personaje del bárbaro parece ser difícil de desligar del aspecto físico de "Arnie".

Quizá lo mejor sería romper con el pasado como ha hecho recientemente Dark Horse con su nueva serie de comics de Conan, o como se está haciendo con otros personajes, y permitir que veamos un Conan Begins que nos ofrezca un nuevo enfoque (y puestos a pedir, más cercano a R.E. Howard) de las aventuras del Cimmerio.