La Ciencia Ficción de Robert E. Howard

Parece indiscutible que Robert E. Howard sea considerado como uno de los padres del Fantástico moderno. Aunque quizá menos conocida, su faceta como autor de Terror también es más que destacable. Ahora bien, ¿qué sucede con el tercer gran sub-género de lo que a veces se llama "ficción especulativa"? ¿Cuál es la producción de Howard enmarcada dentro de la Ciencia Ficción?

Primeros Intereses

Entre los textos juveniles de Howard (escritos aproximadamente entre los 14 y 16 años), se encuentran varias piezas que pueden definirse como ciencia ficción, por lo que parece que el joven Bob mostraba cierto interés por este tipo de material.

A Twentieth Century Rip van Winkle es la historia de un cautivo durante 20 años que sirve a Howard para trasladarse a un imaginario 1940 del futuro que presenta vehículos voladores como avances tecnológicos más llamativos.

The Iron Terror es una de las primeras historias en las que aparece El Borak (aún no plenamente en su forma definitiva), en este caso enfrentándose al robot creado por un científico loco.

El incompleto The Last Man está ambientado en un año 2000 en el que una decadente raza blanca sufre la rebelión de un ejército procedente de África con ideólogos musulmanes. A pesar de que los africanos son presentados con cierto respeto por mantener su desarrollo físico frente a los degenerados blancos, el racismo del relato es evidente y los elementos de interés del relato no son suficientes para contrarrestarlo.

Otra versión o continuación del anterior parece The Last White Man, relato en que el último hombre blanco contempla como la raza negra llega a su decadencia, como antes le sucedió a la blanca. A pesar de mostrar el germen de algunas de las ideas de Howard sobre la civilización, este relato y el anterior no forman un díptico especialmente recomendable.

Un tema similar aparece en el fragmento que comienza como “Hunwulf, an American…”, que parece tratar de un experimento científico para enviar a un hombre a un futuro en que los blancos son minoría.

El viaje en el tiempo también aparece en The Man Who Went Back, pero esta vez el hombre-cobaya es enviado al pasado, pero decide ir armado con una ametralladora. En cierto modo, parece un relato similar a los de James Allison y la memoria racial.
También ha llegado hasta nosotros una sinopsis (unos pocos apuntes, en realidad) sobre una historia titulada A Room in London, ambientada en el año 2150.

El Profesional 

Por desgracia, los textos escritos como escritor profesional por Howard y dedicados a la Ciencia Ficción no son mucho más numerosos, aún aunque se incluya el relato The Challenge From Beyond, publicado en 1935 y escrito en round-robin con H.P. Lovecraft, Abraham Merrit, Frank Belknap Long y C.L. Moore. De hecho, su participación en dicho relato es el único texto de ficción científica que publicaría en vida.

The Last Laugh es una viñeta breve, de aspecto inacabado y poco pulido. Un hombre reflexiona sobre la condición humana antes de disponerse a destruir el mundo ante unos inhumanos enemigos. El discurso transmite cierta fuerza, pero poco más.

Aunque hoy en día puede que The Gondarian Man resulte demasiado previsible en su giro final, no es un mal relato. Unos científicos del futuro abren una tumba antigua y se ven obligados a matar a su monstruoso ocupante que estaba hibernando. El posterior informe científico tiene sorprendentes resultados para el lector.

La visión poco optimista de la humanidad de Howard se refleja en The Supreme Moment, en el que un grupo de notables se ve obligado a recurrir a un resentido y amargado científico para que salve al mundo de una mortífera plaga fúngica.

En The People of the Black Coast se mezclan el terror y la ciencia ficción con toques casi lovecraftianos. Una pareja naufraga en una misteriosa isla habitada por unos inteligentes cangrejos gigantes: el conflicto no tarda en aparecer.

Por su parte, lo que se mezcla en King of the Forgotten People es el terror amarillo con las aventuras exóticas. Lo acercan a la ciencia ficción los artilugios y descubrimientos del científico loco de turno, que no dejan de ser magia con una coartada racional.

En todo caso, la principal obra de Ciencia Ficción de Robert E. Howard es Almuric. Se trata de una novela (inacabada) que empezó a escribir cuando estaba buscando abrirse al mercado británico (proyecto que le llevaría a escribir la novela de Conan The Hour of the Dragon). Esta novela acabaría siendo publicada por entregas en Weird Tales en 1939, y se supone que los últimos capítulos los concluyó otra mano. Esto explica que algunas partes den la sensación de estar menos desarrolladas: todo el texto es poco más que un primer borrador.

Almuric es una fantasía de “espada y planeta” inspirada claramente por el ciclo de novelas de John Carter escrito por Edgar Rice Burroughs. Un científico envía al protagonista a otro planeta, repleto de hombres brutales y mujeres delicadas y hermosas. En sus aventuras, Esau Cairn se enfrenta a criaturas bastante habituales en los relatos de Howard: hombres alados, arañas gigantes, “gusanos de la tierra”… En general, la fauna del planeta Almuric no resulta tan imaginativa como la del Marte de Burroughs. En definitiva, esta novela es la versión con elementos howardianos del John Carter de Burroughs, sin limitarse a ser una mera copia. Aún así, se queda en poco más que una rareza y una oportunidad perdida.

En resumen, parece evidente que el prolífico Robert E. Howard no cuenta con una literatura de Ciencia Ficción destacable, por lo que será mejor buscar sus mejores momentos en los dedicados a la Fantasía y el Terror.