El Salvaje Oriente de El Borak

De acuerdo con el propio Robert E. Howard, Francis Xavier Gordon, conocido como El Borak, fue uno de los primeros personajes que imaginó, cuando tenía unos diez años. Unos años después, ya en la adolescencia, Howard escribiría unos cuantos textos alrededor de este personaje, pero no sería hasta los años 30, casi hacia el final de su carrera, cuando El Borak alcanzaría su forma definitiva y sería publicado profesionalmente.

El Borak quiere decir "El Rápido" en árabe, y es el apodo con el que en Afganistán y en buena parte de Asia central se conoce al aventurero americano (procedente de Texas) cuyo verdadero nombre es Francis X. Gordon. A pesar de su sangre celta (sus ancestros son irlandeses y escoceses), el aspecto de Gordon no coincide con el de otros de los héroes de Howard. El Borak no es un gigante musculoso de ojos azules, aunque su compacto físico es capaz de desarrollar una fuerza por encima de lo normal. Su principal característica, y la que le da su apodo, es que tiene un físico "construido para la rapidez", la velocidad del pistolero del Oeste que es. Sin embargo, la rapidez de Gordon no es sólo física, sino también mental: su astucia es tan responsable de que sea llamado El Borak como lo es su rapidez.

Gordon puede identificarse con el arquetipo del héroe reluctante, que hace lo que considera su deber pero alejado de cualquier idealismo o lealtad nacional. Si en ocasiones apoya a los Británicos, por ejemplo, no es por convicción, sino porque cree que los nativos estarían peor bajo la colonización de otros amos. Normalmente es su sentido del honor, más próximo al de los "bárbaros" entre los que vive que al de las naciones occidentales y civilizadas, el que le mueve y motiva. En el fondo, y aunque esté entre las tribus Afridis de Afganistán, Gordon sigue teniendo mucho del independiente pistolero de Texas.

El mundo en el que se mueve principalmente El Borak es el conflictivo Afganistán de principios del siglo XX, en el periodo de pre - guerra, cuando Asia central es vista como un tablero de juego por las potencias occidentales. Aún así, lo más común es que Gordon se encuentre más en medio del conflicto que en el proceso de despliegue de piezas y estrategias diplomáticas. Las historias de El Borak son historias de acción y aventuras, no de intriga y espionaje. Naturalmente, Howard no tenía conocimiento directo acerca de esta región, aunque parece creíble que aplicara su experiencia de la vida fronteriza en el sur de Estados Unidos. Las mayores influencias en la creación y desarrollo del personaje parecen ser claramente Rudyard Kipling y, sobre todo, Talbot Mundy. Tampoco debe descartarse la influencia de la lectura de relatos históricos (no ficticios), como los relacionados con figuras occidentales que habían vivido aventuras exóticas en Oriente, de las que la más conocida (pero no la única) sería Lawrence de Arabia, mencionado en Son of the White Wolf.

La Llegada de El Borak

El único relato completo de la primera época de El Borak es el titulado The Iron Terror, que Howard intentó publicar en 1921. Gordon es presentado aquí como un experto combatiente cuyo objetivo es formar un imperio en Oriente Medio (aunque el relato transcurre en Nueva York). Su oponente realiza unas cuantas reflexiones sobre sus ansias de conquistas que parecen más propias de un Howard más maduro. Por lo demás, el relato no tiene nada destacable, como no sea la extraña presencia de un curioso autómata movido por energía atómica, elemento propio de la ciencia ficción y de presencia nada habitual en la obra de Howard.

El resto de textos de esta etapa lo componen una serie de fragmentos sin título y relatos inconclusos que, sin embargo, ya van dando una idea de la evolución del personaje.

"Gordon, the American..." es un breve y desordenado esbozo de un combate entre Frank Gordon y unos Tuaregs en Sudán.

The Coming of El Borak está narrado y protagonizado por Khoda Khan, con Yar Ali Khan como co–protagonista: está será una constante de los relatos de El Borak, que cuentan con un reparto de personajes más o menos habituales. Los protagonistas secuestran a una inglesa, pero su sentido del honor hace que la protejan de los instintos más bajos de otros miembros de su tribu. El relato finaliza justo en el momento de la aparición de El Borak.

De nuevo el narrador es el mismo en Khoda Khan's Tale, presentado casi como una continuación del relato anterior. Lal Singh, otro miembro habitual del grupo de Gordon, aparece aquí. El Borak y sus hombres viajan desde Afganistán al lejano Mozambique en busca de una ciudad – imperio perdida donde abunda el oro. Este es un relato de aventuras al estilo del Allan Quatermain salido de Las Minas del Rey Salomón: Howard está todavía jugando con sus diversas influencias para dar forma a su personaje.

En El Borak es presentado Steve Allison, un joven americano engañado para que asesine a El Borak por uno de sus rivales. Por su parte, El Borak está buscando un tesoro con un variopinto grupo (Lal Singh, Yar Ali Khan...), al que se une el joven Allison.

El fragmento "I emptied my revolver..." de nuevo finaliza con la entrada de El Borak en escena, tras un enfrentamiento protagonizado por el narrador y Yar Ali Khan contra unos árabes.

En The Land of Mystery, varios de los personajes habituales escuchan a El Borak contando una de sus aventuras en África, que incluye dinosaurios y ciudades pérdidas a lo El Mundo Perdido de Sir Arthur Conan Doyle.

The Shunned Castle transcurre en la jungla de la India, y cuenta como El Borak y Allison se disponen a pasar la noche en un castillo con fama de maldito.

Allison también aparece en The White Jade Ring como protagonista, adquiriendo en Cantón un valioso anillo que planea mandar a un Gordon que se encuentra en Hong Kong.

El Borak y Steve Allison rescatan a una chica en apuros en A Power Among the Islands, en el barco en el que viajan desde Samoa.

Un Steve Allison algo diferente al de fragmentos anteriores, acompañado por su amigo Billy Buckner viaja de Nueva York a la frontera entre India y Afganistán, en North of Khyber, donde un mullah está predicando a favor de la guerra santa. El Borak (y Yar Ali) son mencionados.

Un El Borak más despiadado es el que aparece en Intrigue in Kurdistan, donde se fuga de una fortaleza turca y revela su odio por Turcos y Kurdos, a los que planea enfrentar para obtener beneficio propio.

Como puede verse en estos fragmentos, el personaje de El Borak no está totalmente definido, pero algunos de sus rasgos más importantes pueden intuirse, cuando no verse ya claramente. En todo caso, estos textos tienen más importancia como experimentos dirigidos a la creación de Francis X. Gordon que como relatos o fragmentos de El Borak propiamente dichos.

Lal Singh y Yar Ali Khan, Caballeros Orientales

Una de las características propias de las historias de El Borak es la presencia de unos pocos personajes habituales que aparecen en muchas de las historias. Con algunos de estos personajes, Howard también experimentó, dándoles sus propias aventuras con independencia de su papel como personajes secuendarios en los relatos protagonizados por Gordon. De hecho, El Borak no es mencionado para nada en estos relatos.

The Tale of the Rajah's Ring es un relato protagonizado por Lal Singh, un fiero guerrero Sij que en sus propias historias hace más alarde de su picardía que cuando acompaña a El Borak. Así, en este relato el sencillo encargo de transportar un anillo le permite hacerse con una importante cantidad de rupias. El texto está narrado en primera persona y tiene un tono picaresco, casi humorístico. De este relato se ha perdido un fragmento importante de su parte central (más por relevancia que por extensión), aunque en algunas publicaciones el editor ha añadido su propia versión.

The Further Adventures of Lal Singh es un fragmento que continúa la trama del relato anterior (y en que tiene importancia la parte perdida de aquel...).

Finalmente, en Lal Singh, Oriental Gentleman, asistimos a como el protagonista roba a una banda de ladrones. Eso sí, la motivación de Lal Singh es puramente económica: en ningún caso se trata de un justiciero a lo Robin Hood. Howard envió el relato para su publicación en 1921 a la revista Adventure.       

El guerrero Afgano Yar Ali Khan es otro de los compañeros habituales de Gordon, aunque sus andanzas individuales resultan menos extensas. The Lion Gate es un relato inconcluso en el que Yar Ali actúa como acompañante de una expedición arqueológica occidental. A esto hay que unir un par de fragmentos: en "When Yar Ali Khan crept..." asistimos a como Yar Ali intenta asesinar al jefe de unos forajidos; y en "Two men were standing in the bazaar..." Yar Ali y un anónimo acompañante (¿quizá Lal Singh?) están esperando a un par de aliados.

Merece la pena también mencionar el relato The Fire of Asshurbanipal (1972), del que existe una versión realista, y otra re–escrita para incluir elementos sobrenaturales (y publicada en Weird Tales en 1936), aunque ambas mencionan al Necronomicon.... El protagonista es un aventurero llamado Steve Clarney que busca de una gema con fama de maldita en una antigua ciudad del desierto. Su acompañante es un tal Yar Ali, cuya descripción podría encajar perfectamente con la del Yar Ali Khan que acompaña a El Borak, pero podría ser simple coincidencia o reutilización del nombre.

Ambos personajes también tienen presencia en la obra poética de Howard. Asi, Lal Singh protagoniza el poema The Sword of Lal Singh, mientras que Yar Ali Khan aparece en The Song of Yar Ali Khan y en el poema sin título que empieza Now bright, now red.

Steve Allison, Sonora Kid

El caso de Steve Allison es aún más curioso que el de Lal Singh o Yar Ali Khan. En principio, el personaje parece creado para dar un compañero occidental a El Borak, y para que actúe de intermediario con el lector. Sin embargo, el mismo Allison, tanto en los relatos en los que aparece Gordon como en los que no, se presenta como dos personajes muy diferentes, aún teniendo en cuenta la consideración de "experimentos" que hay que dar a todos estos textos. De nuevo, se trata de escritos juveniles, incompletos a excepción de un par de relatos.

En The Sonora Kid: Cowhand se presenta el apodo de Allison y se demuestra que es capaz de conseguir trabajo en un rancho demostrando la veracidad de algunas de las cosas de las que presume, como son su habilidad como boxeador y como jinete. En este relato, Allison utiliza un lenguaje con las características idiomáticos y el "acento" propios del suroeste de Estados Unidos.

El otro relato completo protagonizado por Allison, Red Curls and Bobbed Hair, tiene un tono bastante diferente. Se trata de una comedia familiar costumbrista (toda una rareza en la bibliografía de Howard), que gira alrededor del moderno corte de pelo que quiere hacerse Mildred, la hermana menor de Steve.

La familia Allison, concretamente su otra hermana Marion, ya aparecería en el inacabado The Sonora Kid's Winning Hand, quejándose de la afición por el juego de su hermano. En este relato también aparece Billy Buckner, compañero habitual de aventuras de Allison.

Buckner protagoniza el fragmento "Madge Meraldson sat her travelling bag...", recibiendo a una visitante destinada al rancho de los Allison. Buckner y Allison son atacados por un caza–recompensas en "The Hades Saloon...", y exploran el desierto de Arizona en "A blazing sun in a blazing sky...", e incluso acompañan a un amigo botánico por el Tibet en "The way it came about...". De vuelta en Estados Unidos, Allison recuerda sus aventuras orientales mientras lleva a su hermana Helen a ver el desierto en "The hot Arizona sun...". De nuevo cambiando de paisaje y temática, en el hogar de Nueva York de los Allison, Mildred informa a su hermano del interés de una misteriosa mujer oriental y Steve sufre un intento de asesinato en "Steve Allison settled himself down...".

Además de descubrir que Allison ha sido jugador profesional, en Brotherly Advice vemos como Steve defiende la honra de su hermanita Mildred, que sólo piensa en divertirse.

La familia Allison se encuentra en Egipto en Desert Rendezvous, y ahora es Helen la que debe ser rescatada de un supuesto príncipe que la ha embaucado. Steve Allison aquí es identificado como Sonora Kid, por lo que queda claro que el personaje es el mismo, a pesar de sus dispares aventuras.

Finalmente, en The West Tower Allison y Buckner planean un robo de joyas en Berlín y son invitados a una fiesta en un castillo de la Selva Negra por un decadente aristócrata.

Como puede verse, el Howard adolescente no tenía demasiado claro hacia donde quería llevar a Steve Allison, que tan pronto es un pistolero buscado como un delincuente de guante blanco internacional, un aventurero en países exóticos o un hombre de familia que debe defender la virtud de sus hermanas, o simplemente su derecho a cortarse el pelo.

Finalmente, Steve Allison no aparecería en los relatos del El Borak "definitivo", resultando un poco redundante al compartir muchas de las características del propio Gordon. Sin embargo, su nombre, su apodo y su descripción serían reutilizados por Howard, trasladando al personaje a unas décadas antes para protagonizar varios de sus westerns, como The Devil's Joker y Knife, Bullet and Noose.

Kirby O'Donnell

El escritor profesional Robert E. Howard, antes de recuperar definitivamente a El Borak y darle el impulso definitivo, narró las hazañas de otro aventurero de características similares: Kirby O'Donnell.

En Gold from Tatary (ene–1935), o The Treasures of Tartary, nos encontramos por primera vez a O'Donnell, disfrazado de Kurdo en la ciudad "prohibida" de Shahrazar, buscando el tesoro que se supone está oculto allí. Aunque a priori no le interesan demasiado las intrigas políticas que giran alrededor de la ciudad (y que hacen avanzar a la trama a golpes de suerte...), el final teñido de fatalismo le obliga a tomarlas en consideración.

Swords of Shahrazar (oct–1934) es una secuela directa (recapitulación incluida) del relato anterior, a pesar de que fue publicado antes (aunque en revistas distintas). Se trata de un relato bastante típico, en el que O'Donnell sigue en la ciudad con su identidad de Ali el Ghazi, pero es chantajeado a causa de los hechos del relato anterior. Esto le lleva al enfrentamiento con unos bandidos que constituye el cuerpo de la historia.

Existe un fragmento ("Feel the edge, dog...") que parece el inicio de una continuación alternativa de Gold from Tatary, en el que un grupo intenta que O’Donnell les revele la situación del tesoro de Shahrazar.

La carrera de O'Donnell como buscador de tesoros continúa en The Trail of the Blood–Stained God (1976), búsqueda que le lleva a una ténue alianza con un rival. Como suele suceder, el final no es todo lo feliz que Kirby desearía. Como dato curioso, este es uno de los relatos que Sprague de Camp publicó como The Bloodstained God, editado para convertir a Conan en el protagonista, por lo que el relato original también ha sido publicado como The Curse of the Crimson God.

Los tres relatos protagonizados por Kirby O'Donnell son tres historias correctas, aunque no especialmente destacables, pero escritas por un Howard en plena forma. Su principal interés está en presentar un personaje que, si bien en la superficie puede confundirse con El Borak, es bastante distinto, estando motivado más por razones monetarias que desinteresadas (aunque sin carecer de un toque de altruismo y sentido del honor).

Francis X. Gordon, El Borak

Parece que es a finales de 1933, habiendo publicado ya un puñado de relatos de Conan, combinando estos con algunas incursiones en el género histórico y las habituales historias sobrenaturales, o de boxeadores, o del Oeste... Howard decide seguir ampliando mercados en las revistas especializadas en relatos de aventuras, como Top Notch o Thrilling Adventures.

El primer intento de recuperar para el papel a El Borak con el relato Swords of the Hills (1974) no fue fructífero. Si cuando conocimos a Gordon estaba intentando crear su propio imperio en Oriente Medio, ahora nos lo encontramos intentando evitar que un aventurero ruso haga lo mismo en Asia Central, empleando a fanáticos religiosos. El Borak se hace con unos inesperados aliados en un aislado valle donde viven unos descendientes de Alejandro el Grande (de ahí que el relato también se conozca como The Lost Valley of Iskander). Se trata de un relato correcto, destacable por el cambio de ambiciones en la personalidad de El Borak, además del papel que desempeña el fanatismo de raíces religiosas.

The Daughter of Erlik Khan (dic – 1934) es un relato bastante mejor, en el que conocemos algo mejor la personalidad de Gordon y se atisban algunos elementos de su pasado. El Borak, con el objetivo de vengar a un amigo, se hace con el control de un grupo de bandidos y se infiltra en una ciudad de adoradores del diablo. Allí se encuentra con Yasmeena, una vieja conocida que es considerada una figura importante en el culto local, pero que está amenazada por el principal sacerdote y necesita huir: sin saberlo, ella es quien ha puesto en marcha toda la intriga que ha traído a Gordon hasta aquí. El Borak, como el perfecto héroe, consigue en este relato todos sus objetivos, dando muestras de gran resistencia física. Merece la pena destacarse el personaje de Yasmeena, ya que en las historias de El Borak no abundan los personajes femeninos, y que además sean interesantes. Yasmeena, además de un complejo trasfondo propio, nos revela la posible existencia de sentimientos románticos hacia El Borak (que es un personaje casi más asexuado que Solomon Kane...), pero que no se permite desarrollar por un cierto temor sobre la intensidad de todo lo que rodea a Gordon.

La historia de la publicación de Three–Bladed Doom (1976 – 1977) es ciertamente curiosa y casi tan rocambolesca como la del propio relato: Howard lo acortó tras fracasar en la venta de la primera versión. Tampoco consiguió vender esa segunda versión, y Sprague de Camp acabaría convirtiéndolo en una aventura de Conan (The Flame Knife). Ambas versiones originales no verían la luz hasta los años 70. Quizá sea su extensión lo que frenó a los editores, porque la historia tiene calidad suficiente, aunque algunos de sus elementos aparezcan ya en otras historias. El Borak es un hombre de confianza del Emir de Afganistán (junto a sus aliados Lal Singh y Yar Ali Khan), y descubre a una secta que se considera heredera de los Asesinos de la época medieval. Gordon se infiltra en su base, pero es descubierto por un agente occidental que está empleando a los fanáticos contra los ingleses. Como es de esperar, todo acaba en una tremenda batalla a varias bandas en la ciudad del culto.

Los elementos políticos de la situación en Afganistán tienen más importancia en Hawk of the Hills (jun–1935), relato narrado desde el punto de vista de Willoughby, un diplomático inglés que casi parece el protagonista. Sin embargo, en realidad es utilizado como un peón por un El Borak que demuestra aquí su astucia. Ahora bien, a Gordon le da lo mismo el conflicto anglo–ruso subyacente (aunque la conoce a la perfección), ya que actúa por venganza. Tanto Khoda Khan como Yar Ali Khan también aparecen en esta historia.

Blood of the Gods (jul–1935) está ambientado en la península arábiga, a cuyo desierto (como a los Beduinos) debe enfrentarse El Borak si quiere poder ayudar a un viejo amigo suyo al que buscan unos siniestros buscadores de tesoros europeos. A pesar de algunos elementos melodramáticos y poco creíbles, el relato presenta algunas reflexiones y un tono fatalista muy propio de Howard, además de la acción y traiciones habituales en este tipo de relatos.

El protagonista de Sons of the Hawk (ago–1936) parece ser Brent, un americano al que un moribundo espía británico encarga que viaje a Afganistán para llevar un mensaje a El Borak: de nuevo, la intriga internacional pasa a primer plano (aunque sólo como excusa para contar una historia de aventuras). Brent es apresado y llevado a una ciudad de forajidos, en la que un aventurero Kurdo (que resulta ser El Borak) acaba provocando un enfrentamiento, cuya conclusión se alarga un poco en exceso. Lo más interesante del relato es la actuación de Gordon como espía y artista del disfraz, no sólo como hombre de acción. De hecho, las pistas sobre la verdadera identidad del Kurdo están bastante bien dosificadas (aunque resulte bastante quien es realmente, especialmente si se sabe que se está leyendo un relato de El Borak...). Por lo demás, el relato recicla algunos elementos del inédito Three–Bladed Doom, cambiando la motivación política por la económica; y también se conoce a esta historia como The Country of the Knife.

Al relato Son of the White Wolf (dic–1936) sólo se le puede echar en cara una brevedad y un ritmo rápido que en ocasiones hacen que se eche en falta algo de detalle. De nuevo El Borak se encuentra en Arabia y actúa por venganza, rescatando por el camino a Olga, una espía alemana, y aliándose con ella. Osmán, el villano de la historia, es un soldado Turco que se rebela con sus hombres buscando un regreso a unos valores paganos previos a la adopción del Islam, y empieza a devastar allí por donde pasa. Osmán no parece una gran amenaza a nivel individual, pero su actuación es la de un genocida, que asesina a hombres y niños sin importar edad ni condición, y secuestra a las mujeres para entregárselas a sus hombres para ser violadas. En el fondo, con pocos personajes tan siniestros (y tan desgraciadamente reales) se ha enfrentado El Borak.

Conclusiones

Las historias de El Borak (y otras similares), a pesar de estar ubicadas en una época y en un estilo muy concretos (ambos con cerca de un siglo de antigüedad), siguen funcionando perfectamente como relatos de acción y aventuras (ahora "aventuras históricas"). Además, al lector moderno no le puede resultar demasiado extraño un escenario como el de un Afganistán en el que se enfrentan diversas potencias, con siniestros individuos en la sombra capaces de emplear el fanatismo religioso para llevar adelante sus propias metas (normalmente más prosaicas que divinas). Y es que parece que hay cosas que no cambian en la naturaleza humana...

El Borak no es un personaje tan memorable como otros de los creados por Howard, pero es que estar a la altura de Conan, Solomon Kane, Kull o Bran Mak Morn no es fácil. Aquí Howard tampoco está innovando ni revolucionando un género, sino que está actuando dentro de los parámetros de lo que se espera de un héroe de acción en un escenario exótico, aunque sin dejar por ello de darle pinceladas de su estilo propio. Probablemente por ello, y porque quizá este sub–género de aventuras esté en desuso, no pueda encontrarse mucha influencia de los relatos de El Borak en la ficción moderna. Aún así, como anécdota curiosa, cuando George Lucas y el ilustrador Jim Steranko estaban trabajando juntos para dar con el aspecto de un nuevo personaje que había creado el cineasta, este empleó (como algunas de las imágenes de referencia) unas ilustraciones del propio Steranko para el relato Three–Bladed Doom. El personaje que estaban diseñando era, por supuesto, Indiana Jones.

Conan el Bárbaro: la Novelización

Raramente una novelización, la adaptación de una película al medio literario, suele resultar una lectura especialmente satisfactoria. Hace años podían ser la única forma de revivir una película en el propio hogar, pero en la actualidad se puede disponer a los 3 meses del estreno de cualquier título en formato doméstico y máxima calidad. Así pues, no parece que una novelización pueda ser poco más que una pieza más de la maquinaria promocional de una película.

Especialmente curioso es el caso de aquellas películas que tienen origen literario, pero cuyo guión ha ignorado por completo esos orígenes y ha creado su propia historia. Ese es el caso de Conan el Bárbaro, escrita por Michael A. Stackpole (cuyo mayor éxito es alguna novela de la franquicia de Star Wars), que noveliza la fallida película de Marcus Nispel, y protagonizada por Jason Momoa.

A favor de los editores anglosajones hay que decir que, también como parte de la promoción de la película, se ha publicado una interesante antología de historias de Conan escritas por Robert E. Howard, con el subtítulo de "las historias que inspiraron la película" (si al menos esto fuera cierto...), que se convierten en un aceptable Best of Conan. Además, consciente del tipo de producto de usar y tirar que es, esta novelización sólo ha sido publicada en formato de bolsillo barato, costando menos de la mitad de lo que cuesta la correspondiente traducción al castellano en tapa dura.

Realmente, el único interés de una novelización de estas características es ver qué es lo que ha hecho otra persona en otro medio con el mismo punto de partida. Cuando acepta un encargo de este tipo, normalmente el escritor recibe una copia del guión sobre la que basarse para componer su libro. Por su parte, el proceso cinematográfico sigue por su camino habitual en el que son previsibles los cambios de guión de última hora o los recortes en la sala de montaje. En consecuencia, no es nada raro que haya diferencias entre lo que se ve en la pantalla de cine y lo que se lee en el correspondiente "libro de la película".

En el caso de este "Conan el Bárbaro", las principales diferencias sirven para paliar un poco algunas (que no todas) de las principales carencias de la historia de la película. Stackpole dedica más tiempo (o espacio) a los personajes que Nispel, lo que beneficia sobre todo a los personajes que rodean a Conan. Las motivaciones de los villanos, Khalar Zym y Marique, están más claras, y el personaje de Tamara y su relación con Conan resultan más creibles. Probablemente sea el personaje interpretado por Rachel Nichols el que mejor parado salga en su versión escrita, demostrando que Nispel no tenía muy claro qué hacer con él. Aún así, esto no quiere decir que los personajes adquieran unas dimensiones que no tienen: siguen siendo bastante planos y estereotipados, pero no tanto como en la película.

Con este libro, Stackpole se une a las legiones de autores de pastiches, haciendo compañía a los Carpenter, Jordan, Perry y otros pálidos imitadores de Howard. El autor demuestra que conoce al personaje o que, al menos, ha hecho los deberes y ha leído algunas cosas para dar cuerpo a su libro. Así, son constantes las referencias a la relación entre Conan y Bêlit, situando esta historia justo después del relato La Reina de la Costa Negra. Igualmente, el libro incluye escenas con el abuelo de Conan y el saqueo de Venarium, unos de los pocos elementos de la infancia de Conan que Howard menciona. El libro también es algo más respetuoso con la geografía Hiboria, con lo que aparece la ciudad de Asgalun (convertida en "Askalon" en la película sin que parezca haber una razón lógica). A Stackpole también hay que agradecerle que nos ahorre un par de escenas que rozan la caricatura en la película, lo que parece indicar que (una vez más) son idea de Nispel o su equipo próximo.

En conclusión, esta novelización demuestra que "Conan el Bárbaro" podría haber sido una película un poco mejor, sin llegar a ser una obra maestra del séptimo arte (o ni siquiera una buena representación...). No hubiera estado presente el Conan creado por Howard, pero hubiera sido como una película decente basada en uno de los pastiches menos malos, o en uno de los comics del montón. Por cierto, que la única mención del libro a Robert E. Howard está en la dedicatoria de Stackpole, aunque sí que se nombra a los autores del guión en que se basa la novela. Aunque a Howard no le suponga ningún beneficio el ver su nombre asociado con esta película (más bien lo contrario...) no deja de parecer una falta de respeto que en ningún momento se diga quien es el creador del personaje.